El gin ofrece un carácter único, es un restaurador natural de los aromas y sabores de las flores, las hierbas y los cítricos.
Es un trago sencillo de crear, pero a su vez, en su aparente sencillez esconde un mundo vasto e inexplorado sobre qué se puede hacer y que no se puede hacer con él.
Exploremos más a fondo este trago.
Los imprescindibles son:
- Cantidad de hielo, todo el que pueda caber en tu copa, vaso o jarra.
- Agua tónica vivaz, burbujeante por demás y con mucho aroma a quinina.
- Ciertos trucos bajo la manga que pasaremos a comentarte.
El hielo cumple una función vital en el Gin Tonic pero también en muchos tragos que se sirven bien helados. Cuando pidas o te prepares un gin tonic pide que al vaso lo llenen de hielo hasta arriba, porque sólo de esa forma tendrás un trago frío (que es a la temperatura a la que se bebe) durante el máximo tiempo posible. Los tragos con poco hielo cambian su temperatura y su sabor rápidamente, ¿lo has notado? Así que ya sabes, siempre pero siempre mucho hielo. No falla.
¿Qué buscamos de nuestra tónica?
Te contamos algunos trucos que puedes usar para terminar el Gin Tonic a tu manera y darle un toque personalizado.
- Con un pelador, cortar dos tiras de piel de limón (la cáscara sin la zona blanca).
- Llenar el vaso largo con mucho hielo y colocar entre medio la piel cítrica.
- Volcar 2oz de Gin en el vaso, que equivalen a 60ml (un vaso de shot de tequila suele tener este volumen).
- Mezclar usando una cuchara de bar, sino puedes usar un palito chino.
- Servir enseguida y beber bien frío.
¿Qué otros ingredientes o trims puedes tirarle a tu vaso de Gin Tonic?
Te sugiero piel de Sandía, o una rodaja de pepino, una pizca de sal marina, una o dos ramitas de tomillo, media cuchara de té negro, unas gotas de bitter Angostura o una flor de azahar.
La maestría en el Gin Tonic se alcanza con práctica, con magia y con quien compartir un momento especial, tantas veces el corazón lo necesite ♥️